1. Los palestinos de Gaza libres de la ocupación serían felices.
2. Convertirían la franja en un paraíso de industria, comercio, turismo. Seguirían con el florecimiento de lo logrado por los israelíes que fueron desalojados por la fuerza por el gobierno israelí.
3. La franja podría competir con lo que fue en un tiempo Beirut, con su vida nocturna y florecimiento. Podría competir con Mónaco.
4. Podría ser parte de un Estado Palestino, con los territorios del lado Jordano, o sea, con la Palestina de “Cisjordania”.
Ahora bien, siendo que los más insurgentes de los líderes de Gaza (Hamas) fueron los que tuvieron mayoría de votos, y que pasaron a matar (literalmente, matar) a los palestinos rivales del partido Fataj, y siendo que los misiles seguían cayendo en Israel, pues ¿qué hacés con un vecino h.d.p. que te rompe los vidrios de tu casas todas las tardes? ¿Qué hacés si esas piedras, de vez en cuando le rompen la cabeza a tu hijo?
Y la pregunta es qué hacés cuando vivís en un pueblo o localidad, donde no hay policía. No hay juzgados. No hay jueces. Te las tenés que arreglar solo, porque entre países no tenés la posibilidad de iniciar un juicio. Y entre países no hay policía internacional que intervenga. Los países se las tienen que arreglar con sus vecinos. Aquí el Vaticano no nos va a hacer de mediador…
Entonces, Israel no permite que el terrorismo islámico llene de armamentos y explosivos a la franja de Gaza, bloqueando sus fronteras.
Ahora bien, el pueblo de Gaza, los ciudadanos inocentes y pacíficos quieren que el comercio con Israel continúe. Y sus líderes los apoyan en ese sentido. Pero no quieren dejar de tirar misiles.
Y así estamos…
Un abrazo,
Valentin
Y ahora las contribuciones del mes, Bety Finkelstein nos escribe:Nos conocimos en una Institución judía Macabea Bet Am de Lanús, localidad de Buenos Aires donde yo nací (Betty). Surgió el amor entre el Madrij y la Janija (prohibido en estas Instituciones).
Desde que nos conocimos nos motivo la idea de hacer Alía. Esta idea era más fuerte en mí que en Adolfo, yo me sentía que la Argentina no era para vivir un judío (doble identidad), la libertad de expresión y la calidad de vida como judía solo lo iba a lograr en Israel. Mi padre, que en paz descanse, siempre decía que la culpa era mía que nos íbamos, por supuesto no muy contento con nuestra Alía, él en el año 76 se vino a vivir a Israel con su segunda esposa, mi madre falleció dos meses después de mi casamiento de una encefalitis virósica (hoy quizás se hubiera curado). Mi padre en el año 82 se volvió a Argentina.
Adolfo (el negro) como lo llamaban cariñosamente en Macabi de Buenos Aires, fue desde sus 16 años Madrij de jóvenes macabeos, Director de Bet Am de Lanús, Director de Campamentos, Director de la Macabiada Argentina realizado en Tucumán, Director de las Macabiadas Panamericanas en Venezuela y en Uruguay.
Cuando nos conocimos yo estaba estudiando para maestra de sordo –mudos pero al pasar el primer año, por influencia de Adolfo, me pase a estudiar Profesorado de Educación Física.
Nuestro primer hijo (Ariel) nació en el 68 (fue concebido en una pequeña carpa en un campamento realizado con los jóvenes de las Instituciones Judías en Córdoba Macabilandia).
Hasta el día de la Alía, Adolfo y yo trabajábamos en el Colegio Hertz de la calle Tucumán en Buenos Aires como profesores de Educación Física, Adolfo era el único hombre entre todas las maestras, además Adolfo era Director de la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos (FACMA).
Hicimos Alía en el 71 con Ariel que tenia 2 años y medio y con dos parejas de amigos que formaban nuestra pequeña familia. Después de hacer el Ulpán en Haifa nos fuimos a vivir a Jerusalem donde inmediatamente conseguimos trabajo gracias al apoyo del Inspector del Profesorado de Educación Física en Jerusalem al que le agradecemos hasta el día de hoy. Nuestro hebreo era muy pobre pero éste querido hombre nos acompañaba a las reuniones con los Directores de los Colegios informándoles que no teníamos idioma pero que éramos excelentes profesores. Yo trabaje hasta el año 80, Adolfo hasta el año 74 como profesores de Educación Física.
Adolfo además trabajaba por las tardes como Madrij en actividades extra escolares y además era Madrij de los grupos que venían del exterior por Macabi en el Majon de Madrijim.
En el año 73 nació nuestro segundo hijo Lior. Nació en el mes de agosto y en octubre vino la guerra de Iom Kipur, para nosotros fue una experiencia muy fuerte, olim jadachim que no entendían de sirenas, de refugios, de luces de los coches pintadas de amarillo de un día para otro por adolescentes de las escuelas, de estar 26 días casi a obscuras en la casa, las calles obscuras, la muerte de jóvenes y colegas (ex alumnos nuestros de la escuela donde nosotros enseñábamos), aquí es cuando realmente entendimos la vida de los israelíes, que no existe ninguna familia israelí que no tenga un ser amado de su familia que no haya caído en una guerra. Esta experiencia fortaleció nuestras raíces y motivación de amor por Israel.
Después de la Guerra del 73 nos fuimos a pasear a la Argentina (primer viaje después de nuestra Alía). Estuvimos 3 meses y durante este periodo Adolfo se dedico a aprender todo lo relacionado con la cerámica artística en la Sábado, 28 de Febrero de 2009fábrica de mi querido cuñado, que en paz descanse. A penas regresamos a Israel, Adolfo dejo de ejercer como Profesor y abrimos una fábrica de cerámica artística en Jerusalem, AMARNA, primero estuvimos en Tal Pioth y luego nos mudamos a Ataroth. En esa época la relación con los árabes era relativamente buena, teníamos en la fabrica alfareros de Hebron, empleados árabes de Jerusalén Misraji, y la relación era tan buena hasta tal punto que éramos invitados a sus fiesta como casamientos y otras.
Pero no todo fue color de rosa, en el año 78 con la subida del gobierno de Beguin cambio el valor del dólar lo que nos perjudico económicamente lo cual tuvimos en el año 80 cerrar la fábrica, con mucha pena, hoy en día tenemos amigos que todavía tienen piezas de cerámica de nuestra fábrica, vender nuestra casa en Ramat Echkol y para poder recuperarnos salimos de Slhijuth a Venezuela por la Sojnuth y Macabi Mundial. Adolfo fue representante de los Slhijim de Latinoamérica y además dirigió el Centro Deportivo Macabi Hebraica de Venezuela y yo trabaje como profesora de Educación Física. Fueron unos años muy buenos y mis hijos disfrutaron del ambiente institucional de la comunidad Judía venezolana, hasta el día de hoy tienen amigos y nosotros tenemos con ellos un vínculo muy fuerte.
Cuando volvimos en el año 84 nos fuimos a vivir a Guivataim. Abrimos una Empresa de Turismo Educativo y traíamos jóvenes judíos de las escuelas de Venezuela, Panamá, Uruguay, y yo deje el profesorado y me dedique a ser la secretaria y administradora de todos los proyectos, esto duro hasta la segunda entifada cuando los judíos no se atrevían mandar a sus hijos a Israel.
En el año 90 unos amigos nos ofrecieron ser socios de ellos en unos negocios de ropa deportiva en Venezuela. Nos fuimos para allá pero esta vez solo con Lior ya que Ariel ya estaba cursando el primer año de Educación Física en Wingante. Lior, al año siguiente, cuando termino el secundario, decidió volver a Israel para entrar en Tzaal por lo cual se convirtió en חייל בודד.
Nosotros viajábamos a Israel dos veces al año con los grupos que traíamos de Panamá y Venezuela. En el 93 hubo una caída económica en Venezuela y a consecuencia de la cantidad de robos que teníamos en los negocios y la inseguridad decidimos volver a Israel y esta vez nos fuimos a vivir a Kfar Saba donde ya vivía Ariel casado y era cerca de nuestro trabajo ONIM donde dirigíamos colonias de vacaciones, pileta de natación.
Hoy en día nos dedicamos a dirigir la pileta de natación, organizamos logísticamente grupos de no judíos a Israel, estos proyecto los realizamos junto a nuestro hijo Lior.
Tenemos 4 nietos, de Ariel (Koren 13 años e Yuval 9 años), y de Lior (Angie de 2 años y Nico de 3 meses). Todos vivimos en Kfar Saba y esto es lo más grande y hermosos que nos paso, formamos una familia feliz. Adolfo y yo nos convertimos en abuelos activos y gracias a nuestros nietos nos sentimos siempre jóvenes y fuertes para todo lo que necesitan llenos de amor.
Compartimos nuestras vidas con la Unión Mundial Macabi donde Adolfo es voluntario y durante 20 años cumplió varias funciones: Presidente del Departamento Latinoamericano, Director General de la Macabiada Mundial y hoy es Presidente del Departamento de Deporte Mundial.
También compartimos nuestras vidas desde hace 11 años con nuestra Logia donde enriquece nuestra calidad de vida.
Tuvimos una vida muy activa con muchos cambios de lugares, pero no nos quejamos es la vida que elegimos con nuestros errores y triunfos, luchamos para tener una mejor calidad vida junto a nuestros hijos y nietos y todos los días le damos gracias a Dios de tener salud y permitirnos seguir rodeados de amigos muy queridos en todos los lugares del Mundo.
Familia Finkielsztein
Y Tami Kaplan nos deja conocer parte de su historiaMi historia empieza con un numero de loteria y existo en este mundo no porque algun antepasado haya ganado la loteria sino porque no obtuvo ese dinero.
Me explico.
Mi abuelo materno Haim Miller, llego al Uruguay de un pueblito de Lituania llamado Guelvan. Hay que ampliar el mapa de la zona con un zoom digno de un fotografo profesional para ubicar este pueblito. Pero para mi es importante por ahi nacieron mis abuelos y mi madre.
Como tantos otros imigrantes de principios del siglo XX, mi abuelo llego sólo para ver el lugar, encontrar trabajo, "hacer fortuna" y asi poder traer a su familia (su esposa y 3 hijos pequeños entre ellos mi madre de apenas 4 años).
Y tambien como todo imigrante, hacia cualquier tipo de trabajo y ahorraba cada vinten (antigua moneda uruguaya de un centavo). Pero la fortuna no se acumulaba, mas bien eran los gastos los que crecian.
La oportunidad se le presento con un "goy" pero nada "gentil" que le propuso comprar un numero de loteria juntos. Con la esperanza de los inocentes, el billete fue comprado a medias. No gano el primer premio, pero sí uno importante que le hubiese resultado muy beneficioso. Hete aqui que ese gran "amigo" se escapo con el dinero y mi abuelo se quedo con una copia de los numeros ganadores que de nada le valio para reclamar su premio.
Ante la triste pero incambiable situacion, no tuvo otra alternativa que seguir trabajando....y para no dejar en tension a mis leyentes, les dire que al cabo de un par de años logro traer a su familia y aun aumentarla con un cuarto hijo.
Pero porque digo que gracias a no haber ganado esa Loteria, yo existo? Lo aclaro:
Durante mi infancia oi muchas veces este cuento y siendo ya adolecente le pregunte a mi abuelo que hubiese hecho en caso de recibir aquel dinero. Su respuesta fue tajante: sin duda me hubiese vuelto a Europa, en Uruguay la vida me estaba siendo muy dificil y no veia futuro.
De haberse vuelto a Europa, mis abuelos, mi mama y sus hermanos serian hoy un numero mas en las estadisticas de los crimenes nazis.
Cuan sabio el dicho "No hay mal que por bien no venga"!
Mis abuelos paternos tambien llegaron al Uruguay de Lituania, pero no de un pueblito sino de la misma capital, Vilna, y cada vez que lo menciono poco mas que me hacen la reverencia. Aparentemente esta ciudad se destacaba por la sabiduria e intelectualidad de sus habitantes. Pero les confieso que no todos....y entre esos "no todos" estaba mi abuelo. Con que orgullo los nietos dicen: mi abuelo era medico, mi abuelo era abogado, o rabino, o dueño de un gran negocio en Europa. Pero, que mas remedio me queda que confesar mi realidad: mi abuelo era hojalatero. A caballo y con sus pocas herrmientas enganchadas en la montura, iba de pueblo en pueblo arreglando ollas y demas articulos de lata.
Por eso cuando llego al Uruguay, el primer dinero ganado lo invirtio en un caballo y el segundo en un predio en la ciudad de Canelones donde habia un ranchito que ni baño tenia, pero eso sí, tenia lindo pasto pa'l caballo.
Mi abuelo fue siempre el trabajador y mi abuela la comerciante. Fue ella la que abrio un bazar y la que educo a sus 5 hijos. Los mayores siguieron con la hojalateria, pero ya era toda una industria donde el caballo fue cambiado por camiones y en lugar de arreglar hacian los tarros de leche para la compania de productos lacteos mas importante del momento (Conaprole, para los uruguayos).
Mi papa fue a estudiar a Montevideo y ahi conocio a mi mama. El resto ya no es historia sino presente.
Y me parece que por esta vez alcanza, espero que no las canse leer tanto. Recuerden hacer llegar copias a Berta Katzman, Bluma Rosenbusch, Vilma Mucher, y Rosa Guechman. Espero mas contribuiciones, plis.
Hasta la proxima,
Sari